DOS DE LAS MISAS DE REQUIEM MÁS FAMOSAS: W. A. MOZART y G. VERDI, SERÁN INTERPRETADAS EN UN SOLO CONCIERTO POR EL CORO Y LA FILARMÓNICA DE LAS ARTES BAJO LA BATUTA DE ENRIQUE PATRÓN DE RUEDA.
- Doble presentación histórica: Una oportunidad única para disfrutar en una sola velada las misas de réquiem de Verdi y Mozart, dos compositores inmortales.
- Celebración de 45 años de trayectoria: Los conciertos estarán dirigidos por el maestro Enrique Patrón Rueda, quien conmemora su destacado recorrido en la música clásica.
- Escenario icónico: El Centro Cultural Ollin Yoliztli, conocido por su excelente acústica, será el escenario perfecto para este tributo sonoro al Día de Muertos.
El Coro y la Filarmónica de las Artes se preparan para conmemorar, a través de un homenaje sonoro, una de las fechas más emblemáticas de México: el Día de Muertos. Por segunda ocasión, la Filarmónica de las Artes presenta un espectáculo sin precedentes que une dos de las misas de réquiem más famosas en un solo concierto: «Requiem» de Giuseppe Verdi y «Requiem» de Wolfgang Amadeus Mozart. Bajo la dirección del reconocido Maestro Enrique Patrón Rueda, quien celebra su 45 aniversario de carrera artística, el evento promete ser una experiencia inolvidable para todos los amantes de la música clásica.
El Maestro Patrón Rueda reflexiona sobre su carrera con mucha satisfacción, señalando que ha podido construir su camino artístico tal como lo soñaba, alejado de las complejidades de la política, pero con innumerables conciertos memorables que lo han forjado como un referente de la dirección musical. «Gracias a Dios, he podido hacer la carrera como la quise. Alejado de la vida política, salvo algunas ovaciones, con muchos conciertos memorables en los que he hecho, ahora sí, de todo», comenta el director con su característico sentido del humor.
La Misa de Réquiem en re menor, de W. A. Mozart, es considerada como una de las obras favoritas de todos los tiempos. Fue escrita bajo el encargo del conde Franz von Walsegg dado que su esposa había fallecido.
Sin embargo, Mozart ya enfermo y en su delirio compuso esta obra para su propia muerte, la cual llegó antes de que pudiera terminar la composición, por lo que el final del Réquiem quedó a cargo de uno de sus alumnos: Franz Xaver Süssmayr. Aunque no pudo ser terminada en su totalidad por el compositor austriaco, la obra es considerada como una de las más trascendentales de Wolfgang Amadeus Mozart, quien murió en 1791, a los 35 años.
Mientras que la “Misa de Réquiem”, de G. Verdi, fue compuesta en 1874 en memoria del poeta italiano Alessandro Manzoni, a quien el músico admiraba profundamente. La presentación del Réquiem se realizó en la Iglesia de San Marco, en Milán, porque se creía que la acústica favorecería la interpretación de la obra, un año después de la muerte de Manzoni. Aunque Verdi nunca se consideró así mismo como un hombre religioso, la pieza, inspirada en honrar la memoria de su amigo, hace que la obra tenga una intensidad emocional que hace vibrar sin importar el credo.
Presentación de lujo
Ahora, las míticas Misas de Réquiem, dos de las composiciones más conocidas para honrar a los que ya partieron, tendrá funciones el 1, 2 y 3 de noviembre por la Filarmónica de las Artes.
El Coro de las Artes será el responsable de dar vida a las reconocidas piezas bajo la dirección artística de Vladimir Rueda. Las voces solistas para el Requiem de Mozart son. Akemi Endo, soprano; Julietta Beas, mezzosoprano; Alberto Galicia Tenor y Juan Carlos Navarro, Barítono. En tanto, las voces de Dhyana Arom, soprano; Rosa Muñoz, mezzosoprano; Andrés Carrillo, tenor y José Luis Reynoso, barítono acompañarán la composición de Verdi.
Estos eventos estarán bajo la batuta del Maestro Enrique Patrón Rueda como la celebración de sus 45 años de carrera artística. La producción está Diego Careaga y Abraham Vélez Godoy.
Los conciertos se llevarán a cabo el 1, 2 y 3 de noviembre en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli. Los boletos se encuentran a la venta a través del sistema Ticketmaster y en las taquillas del recinto.
SEMBLANZA
Enrique Patrón de Rueda, es reconocido como uno de los más importantes y experimentados directores de ópera en México y en el ámbito internacional. Su carrera ha dejado una huella profunda en el panorama operístico, destaca no solo por su maestría en la dirección de ópera, sino también por su labor en la proyección de jóvenes talentos a nivel mundial. Es recordado por su icónica dirección en los históricos conciertos de Juan Gabriel en el Palacio de Bellas Artes y en la Plaza de Toros, eventos que marcaron un hito en la fusión entre la música popular y la clásica en México.
Estudió en prestigiosas instituciones como el Conservatorio Nacional de Música, el London Opera Center, la Royal Academy of Music y el Morley College. Entre sus maestros se encuentran figuras de renombre como Sir Geraint Evans, Tito Gobbi y Reri Grist. Además, recibió una beca del gobierno italiano para perfeccionarse en la Academia Chigiana de Siena. Patrón de Rueda ha sido titular de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes y director artístico de la Compañía Nacional de Ópera, así como de la Temporada de Ópera Concierto de la Filarmónica de la Ciudad de México. También ha desempeñado el cargo de director artístico del Festival Cultural Sinaloa, de donde es originario y por segunda vez dirige a la Filarmónica de las Artes.
Su contribución al mundo del canto es invaluable, ya que ayudó a fundar la Escuela Superior de Canto de Mazatlán y fue pieza clave en la creación del Concurso Internacional de Canto Sinaloa. Además, es el primer galardonado con el Premio Sinaloa de las Artes y ha dirigido la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes (OSSLA), llevando la ópera a comunidades populares en un esfuerzo por democratizar el acceso a la cultura.
Con una vasta experiencia en la dirección de óperas como Tosca, Carmen, Turandot, Madama Butterfly, La Bohème, Aida, Rigoletto, y La Traviata, ha trabajado en importantes escenarios internacionales en países como Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, e Inglaterra. Su impacto en la ópera mexicana e internacional sigue siendo profundo, y su compromiso con el arte continúa inspirando a nuevas generaciones de cantantes y músicos.
